viernes, septiembre 26, 2008

Salomón

En una actitud de infinita humildad o infinito cinismo, el tipo aconseja únicamente aquellas opciones que su interlocutor ya ha concebido y por las que ya se ha decidido. Mediante este sencillo procedimiento cree librarse del pecado de la originalidad y del disgusto de las malas interpretaciones. Por otro lado, el tipo reconoce que debe esta peculiar costumbre al valioso consejo de cierto conocido; lo que le hace considerar si no habrá sido un error adoptarla, o si acaso no se le habría ocurrido antes a él mismo.