miércoles, marzo 31, 2010

Zen (Monty Python y sus precursores)

Yamaoka Tesshu, un joven estudiante Zen,  visitaba maestro tras maestro. Dio finalmente con Dokuon de Shokoku. Deseoso de mostrarle sus progresos, declaró : "La mente, Buda, y todos los seres sensibles, al fin y al cabo no existen. La naturaleza de todo fenómeno es el vacío. No hay claridad ni engaño, no hay sabiduría ni mediocridad. No hay nada de qué desprenderse ni nada que recibir."
Dokuon, que fumaba en silencio, golpeó repentinamente al discípulo con su pipa de bambú. Esto encolerizó al joven.
"Si nada hay", preguntó Dokuon, "¿de dónde viene, pues, esa ira?"
***
Qué quieren que les diga, a mí la imagen del maestro zen sacudiéndole al alumno con la pipa de bambú me hizo agarrarme la panza de la risa. Mi teoría es que cualquier misticismo es el equivalente (milenario o tradicional) a los programas de los Monty Python. Quienes se enfrentan a ellos con la esperanza de encontrar solemnes respuestas simplemente no entendieron el chiste. Si los místicos fueran consecuentes, no sólo serían mudos e invisibles, sino que se contentarían con nunca haber existido.
Su mayor enseñanza es que si los chistes se pudieran explicar, ya no tendrían gracia. En mi opinión eso es estrictamente verdadero, pero precisamente por eso no sirve de nada a quien aspire a dedicarse a la comedia --o a ese subgénero que se llama filosofía--.

viernes, marzo 26, 2010

Como si fuera necesario aclararlo... (de mártires y monstruos)

Las personas (vos, yo, tu vecino, tus padres, tus próceres y tus enemigos) somos unos bichos egoístas, crueles, cobardes y estúpidos. Lo peor de todo: somos una especie insospechadamente resistente, de impenetrable complejidad (sí, hay complejidad en la estupidez) y ambición inconmensurable.

Si a alguien se le ocurre proponer que todo esto se soluciona con un par de banderas y algunos elevados sentimientos, no estará haciendo otra cosa que ejemplificar las líneas anteriores. Y me importa bien poco que diga emocionarse al escuchar las palabras "socialismo", "peronismo" o cualquier otra estupidez prefabricada. No podría importarme menos que de hecho se emocione en tales circunstancias.

Entre nuestros muchos crímenes brilla siempre la indisimulable hipocresía.
Acaso la única.
O la peor de todas.
La cínica --alguien diría 'inconsciente'-- hipocresía del sentimiento sincero (o alguna otra taradez más o menos mística).

Así que, por mí, que enfunden sus banderas y se lleven su circo a alguna otra parte. Porque acá hay un  hipócrita, egoísta, cruel, estúpido, cobarde y ambicioso que, probablemente porque es todas estas cosas, prefiere buscar otra manera de resistir.

Y al que no le guste, que después no diga que no le avisé...

domingo, marzo 14, 2010

Del ambiguo sentido de 'duelo'

"Recordemos también que el futuro no es nuestro, pero tampoco puede decirse que no nos pertenezca del todo. Por lo tanto no hemos de esperarlo como si tuviera que cumplirse con certeza, ni tenemos que desesperarnos  como si nunca fuera a realizarse.”(Epicuro,Carta a Meneceo)

El tipo se sorprende recordando una noche de adolescencia, vertiginosa de soledad concurrida, alcohol y engañosa inmovilidad. Recuerda haber pensado:
El miedo a la muerte no tiene sentido. Lo que me separa del instante de mi muerte no es diferente de lo que me separa de cualquier otro instante.
(cuando está medio tomado le da por los aforismos pretenciosos)

Cree haber recordado en su momento a Epicuro, y tal vez el cuento "El Sur". Pero por más que intenta no consigue determinar si "El sueño de los héroes" formó parte de aquellos pensamientos. Tiene la sensación de que todavía no había leído esa novela, aunque desconfía de su memoria, y sobre todo de su inveterada alma de plagiario.
El caso es que hace poco volvió a ese texto de Bioy Casares cuyo argumento es, entre otras cosas, una  exageración (o reducción al absurdo) de la trama de "El Sur".
Se le ocurre que Emilio Gauna es, con toda su torpeza, infinitamente más lúcido que Juan Dahlmann.Y que Bioy, a pesar de la miopía de tanta crítica literaria superficial, no deja de afilar su 'cuchillito' de ironía contra el proverbial 'culto al coraje' de cierto ciego ilustre.
De hecho, es imposible dejar de ver a Borges tanto en Valerga como en el brujo Taboada, y es imposible no ver en ambos toda esa ambigua sabiduría que solemos heredar de nuestros padres ("Me gustaría explicarle que hay generosidad en la dicha y egoísmo en la aventura"). Y es siempre en estos entreveros más o menos edípicos, más o menos vertiginosos y confusos, --piensa el tipo-- que transcurre lo que se llama una literatura (o una vida).

El duelo por lo que no fue, por lo que pudo ser y ya no será,  por lo que a pesar de nosotros llegó a ser, no es algo que se pueda o se deba 'elaborar' (con ayuda de determinados profesionales competentes); es algo que enfrentamos todos los días, puñal en mano, aferrándonos como podemos a la módica cuota de valor o de cinismo que nos tocó en suerte (o que supimos, a duras penas, procurarnos).

Todo eso, y algunas otras cosas más, piensa el tipo, aunque a nadie le interese demasiado.
La culpa la tiene quizás el destino, que hizo que recientemente se topara con la Milonga de Gauna, de Jaime Roos [escuchar, ver letra] y se atreviera --se resignara-- a escribir precisamente estas líneas.

miércoles, marzo 10, 2010

El discreto encanto de ser Wally (Practice makes perfect)

El tipo --que ya viene medio pelotudo, aunque no tanto-- desde hace un tiempito está aprendiendo  que es increíble lo que se puede conseguir cuando uno domina el arte de convencer a los demás de que es un completo imbécil, un vago incorregible, y un irreparable inútil.
Por alguna razón, la gente tiende a asumir que no hay boludo perverso, que no hay infeliz malintencionado y que no hay holgazán dañino.
El tipo --que es idiota, pero no tanto-- a veces se pregunta: la gente ¿es o se hace?

lunes, marzo 01, 2010

Otras Inquisiciones Cruzadas

Auxiliado por algún resto de estoicismo del que no era consciente hasta entonces, o tal vez por la más monstruosa abulia, llegué hace unos días a la última línea de Antes del fin, de Ernesto Sabato. (No quiero ni mencionar lo increíblemente pretencioso de mantener esa grafía sin tilde para un apellido cuya pronunciación es abierta y pomposamente esdrújula.)

En este caso, el espanto me une una vez más con otro conocido prócer de las letras vernáculas. Esto es lo que opina Borges, sin entrar en muchos detalles, sobre el bueno de Ernestito:

"Al enérgico mal gusto, la desenfrenada egolatría, la sincera preocupación por el propio y continuado triunfo, hay que agregar la melancolía porque éste no sea mayor y el entusiasmo con que acoge los modestos productos de su mente activa y mediocre".
consignado en el Borges, de ABC, reproducido a su vez en esta página.*

En la misma nota, en la misma página web, está la visión de Sabato sobre Georgie:

"El arte, como el sueño, es casi siempre un acto antagónico de la vida diurna. Este mundo cruel que nos rodea lo fascina a Borges, al mismo tiempo que lo atemoriza. Y se aleja hacia su torre de marfil en virtud de la misma potencia que lo fascina. El mundo platónico es su hermoso refugio; es invulnerable, y él se siente desamparado; es limpio, y él detesta la sucia realidad; es ajeno a los sentimientos, y él rehuye la efusión sentimental; es eterno, y a él lo aflige la fugacidad del tiempo. Por temor, por repugnancia, por pudicia y por melancolía, se hace platónico". (Sabato, El escritor y sus fantasmas).

Será cuestión de estilo pero, al menos para mí, esta última cita no es más que una excelente ilustración del tema de la primera. Si no les alcanza, siempre pueden conseguir Antes del fin, y comprobarlo bajo su propio riesgo (se puede descargar acá).

Para quien le interese, en la misma nota sobre el Borges de Bioy Casares (linkeada más arriba), hay una cita en la que se condena el uso (¿abuso?) de los paréntesis y los guiones --opinión que casi estoy de acuerdo en suscribir-- así como una breve y certera definición sobre cierto chileno empalagoso ("Neruda es genial o no es nada").
Pero tal vez lo más interesante es otra declaración de este hombre que soñó ser Shakespeare soñando ser todos los hombres, y que podría funcionar como bonito epígrafe para más de un libro de memorias: "(...)estoy perdido, soy un viejo de mierda".

*Según me informa un comentario, la versión que puede consultarse en la página del link es inexacta, por lo que reemplacé la cita por su oportuna sugerencia. De todos modos dejo el link para quienes quieran compararlas.