viernes, marzo 26, 2010

Como si fuera necesario aclararlo... (de mártires y monstruos)

Las personas (vos, yo, tu vecino, tus padres, tus próceres y tus enemigos) somos unos bichos egoístas, crueles, cobardes y estúpidos. Lo peor de todo: somos una especie insospechadamente resistente, de impenetrable complejidad (sí, hay complejidad en la estupidez) y ambición inconmensurable.

Si a alguien se le ocurre proponer que todo esto se soluciona con un par de banderas y algunos elevados sentimientos, no estará haciendo otra cosa que ejemplificar las líneas anteriores. Y me importa bien poco que diga emocionarse al escuchar las palabras "socialismo", "peronismo" o cualquier otra estupidez prefabricada. No podría importarme menos que de hecho se emocione en tales circunstancias.

Entre nuestros muchos crímenes brilla siempre la indisimulable hipocresía.
Acaso la única.
O la peor de todas.
La cínica --alguien diría 'inconsciente'-- hipocresía del sentimiento sincero (o alguna otra taradez más o menos mística).

Así que, por mí, que enfunden sus banderas y se lleven su circo a alguna otra parte. Porque acá hay un  hipócrita, egoísta, cruel, estúpido, cobarde y ambicioso que, probablemente porque es todas estas cosas, prefiere buscar otra manera de resistir.

Y al que no le guste, que después no diga que no le avisé...