viernes, noviembre 16, 2012

Hoy me levanté irrefutable

Che, moralista... ¿por qué no me juzgás ésta?

O, en palabras de Orwell:

«The distinction that really matters is not between violence and non-violence, but between having and not having the appetite for power. There are people who are convinced of the wickedness both of armies and of police forces, but who are nevertheless much more intolerant and inquisitorial in outlook than the normal person who believes that it is necessary to use violence in certain circumstances. They will not say to somebody else, ‘Do this, that and the other or you will go to prison’, but they will, if they can, get inside his brain and dictate his thoughts for him in the minutest particulars.»*

First published: Polemic, No. 7. — GB, London. — March 1947.


*La diferencia que realmente importa no es entre la violencia y la no violencia, sino entre tener apetito de poder o carecer de él. Hay personas que están convencidas de la perversidad de los ejércitos y las fuerzas policiales, pero que sin embargo son mucho más intolerantes e inquisitoriales que esa persona común que cree que es necesario utilizar la violencia en determinadas circunstancias. No le dirían a nadie: "Haz esto, aquello y lo de más allá, o irás a la cárcel"; pero si pudieran se le meterían en el cerebro y le impondrían hasta los más mínimos detalles de sus pensamientos.

jueves, noviembre 01, 2012

Manifest Destiny

Mire, m'hijo, no es tan difícil... Está la honestidad y está la hijaputez. Los honestos laburan, porque dudan. Los otros, por supuesto, están llamados a cosas más grandes, y no se pueden permitir ese tipo de debilidades.

jueves, octubre 04, 2012

Un Edén para imbéciles

Qué maravilloso si el sufrimiento sirviera para algo. Qué bueno sería si pudiéramos encontrarle alguna utilidad (como, por ejemplo, hacer funcionar una licuadora). Por fin podríamos dedicarnos a sufrir como Dios manda, o a hacer sufrir a los otros --tarea infinitamente más sencilla que la de ser feliz o tratar de hacer feliz a alguien.

miércoles, septiembre 12, 2012

domingo, agosto 12, 2012

Lukewarm(ish)

Se me ocurrió que lo que sigue podría ser una buena respuesta para quienes, no sin estridencia, insisten en expresar sus sinceras sospechas y su alarmada preocupación ante mi evidente "falta de fe", mi desvergonzado "escepticismo". Después de pensarlo mejor, recordé que la sordera y los gritos están estrechamente emparentados. Comprendí que mis tibias protestas serían recibidas con la justificada indignación que reservamos, por ejemplo, para los mimos y otros inadaptados por el estilo. Como conclusión, es irrefutable; pero no es ningún consuelo, se los puedo asegurar.

martes, junio 12, 2012

En sus palabras...

"...y es que nadie se atreverá a negar que nuestro proverbial valle de lágrimas resultaría infinitamente más soportable si cada uno de estos ínfimos, insípidos, cacofónicos pedantes consintiera en dar por consumada la mediocre desmesura de su abyecta existencia mediante el sencillísimo trámite de descerrajarse de una buena vez el plúmbeo proyectil justiciero que su parietal derecho pide a gritos."

domingo, junio 10, 2012

Russell on Happiness (and parties)

« (...) O fijémonos en la gente que asiste a una fiesta. Todos llegan decididos a ser felices, con esa solemne determinación con que uno se resuelve a no hacer un escándalo en la consulta del dentista. Se sostiene que la bebida y la confraternización son portales hacia la felicidad, así que todos se emborrachan rápido y tratan de no darse cuenta de lo mucho que les repugnan sus interlocutores. Luego de beber lo suficiente, los hombres empiezan a llorar, lamentándose de no ser moralmente dignos de la devoción de sus madres. »
(Russell, Bertrand, The Conquest of Happiness, 1932.)

jueves, mayo 10, 2012

Casuística (Fragmento manuscrito)

[...]

S   /   D

[Párrafos ilegibles]

       ... posibles factores hereditarios.

Al ser expuestos a determinadas combinaciones de palabras (que identifican inmediatamente como "Citas Célebres" o "Exquisitas Líneas"), así como ante la más mínima alusión a ciertos nombres propios (que indefectiblemente describen como "Grandes Autores") los sujetos manifiestan una considerable modificación en su expresión facial y proceden a adoptar un tono de voz más grave y exaltado durante el resto de la entrevista. 


Si bien por el momento sólo se ha podido observar el fenómeno en especímenes de la clase en cuestión, resulta notable la que la reacción sea prácticamente la misma en todos ellos, independientemente de las diferentes condiciones (factores ambientales, etc.) en los que hasta ahora se ha podido implementar el mencionado protocolo.

A modo de hipótesis explicativa, nuestros investigadores conjeturan algún súbito calambre abdominal, que en la gran mayoría de los casos parece presentarse acompañado por la sincera creencia de estar en presencia de cierto interlocutor invisible, que los sujetos denominan sencillamente "Posteridad". Se han confeccionado e implementado cuestionarios específicos al efecto de confirmar o refutar dichas hipótesis, aunque debe admitirse que nuestros más destacados expertos aún no han podido ponerse de acuerdo acerca del análisis correcto de los datos obtenidos.

[Falta una página]

Nuestro Instituto carece, por el momento, de los fondos necesarios para realizar investigaciones a mayor escala, pero confiamos en que el ministerio que Ud. representa esté dispuesto a ayudarnos a concretar lo que esperamos sean significativos avances en este incipiente y prometedor campo.
Atte. 
[etc.]

martes, abril 24, 2012

Los que buscan


Viejas en fila,
"Hoy llega el Padre Ignacio."
río tristezas.


Paraná, 24 de abril, 2012, 7:05 a.m.

viernes, marzo 09, 2012

De Revolutionibus. (In)Corrección política.


En sus palabras,
Cambian el mundo. Dicen:
Revolución.

Revolucionan,
Dicen (en sus palabras)
Cambiar el mundo.

El mundo es mundo,
Dicen, y las palabras,
Revolucionan.

Revolucionan,
Cambian el mundo, dicen.
(Son sus palabras).

Palabran mundos
Mudos. Revolucionan,
Dicen (que dicen).

viernes, febrero 24, 2012

Dos ficciones sin moraleja

Pseudo Dionisio Areopagita reflexionó que si el nombre nos parece apropiado, es necesariamente engañoso, y que mientras más distancia haya entre lo que creemos que el nombre representa y aquello que efectivamente nombra, mayor es su exactitud y su verdad. El Dios de los Salmos es un hombre recio que despierta con resaca. Ese símbolo es infinitamente más cercano a Su divina naturaleza que los cotidianos rayos solares, el mundanal ciclo de las estaciones, los esporádicos relámpagos o los oscuros manantiales con los que se entretuvo por milenios la imaginación de los paganos. La Letra (que es el Verbo) enseña que toda Cercanía se engendra en la Distancia. Y en la Letra se inscriben los Nombres, que habitan (desbordan) la cercanía de lo incomprensible.

Funes, el personaje de Borges, pretendió imponer a la serie de los números naturales una análoga arbitrariedad nominativa:
«En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur, Olimar, azufre, los bastos, la ballena, el gas, la caldera, Napoleón, Agustín de Vedia. En lugar de quinientos, decía nueve.» 
Más tarde intentó hacer lo mismo con las cosas del mundo, pero advirtió que el lenguaje resultaba insuficiente para nombrar cada detalle de cada uno de sus infalibles recuerdos, y desechó el proyecto.

ADDENDA:
«La relación entre las palabras y las cosas es simple a primera vista, pero resulta algo desconcertante para una mirada más atenta; se ha probado, por ejemplo, que hay más números reales que nombres posibles para ellos: ningún lenguaje puede contener nombres para todos los números reales, aunque sea factible construir en él una lista infinita de nombres.» 
(Thomas Moro Simpson, Formas lógicas, realidad y significado. Eudeba, Buenos Aires, 1975)

Funes, evidentemente, no necesitaba perderse en la abstracción de los laberintos cantorianos para sentir de primera mano el vértigo inabarcable de los números reales. Por supuesto, Borges lo sabía muy bien; en el cuento sólo aparecen nombres de números naturales.