Hace ya bastante tiepo, Nietzche escribía algo así como: "no me molesta que me hayas mentido lo que lamento es que ya no podré creer en tí". Hace un poco menos, yo lo leía y reflexionaba: "bah, qué novedad!". Al parecer no había necesitado del aigo Federico para comprender esa mecánica tan fundamental. Lo curioso es que ni entonces ni ahora me es posible escapar del mal sabor de boca que dejan para siempre las mentiras descubiertas.
El infierno del cínico es ser demasiado débil para creer el engaño. O demasiado perezoso para salir a buscar patrañas nuevas que valgan la pena y el esfuerzo de la fe.
2 comentarios:
El verdadero desierto es el yo, no sólo porque nos encierra en nosotros mismos, y así nos condena a vivir con un fantasma, sino porque marchita todo lo que toca" - Octavio Paz
La mentira es la cuerda que lenta aprieta el nudo... lo triste es darse cuenta demasiado tarde.
Publicar un comentario