... no se puede. Robertito se revolcará en su tumba, pero incluso desde tan horizontal perspectiva es imposible ignorar que el arte nunca será eso. Ojalá lo fuera. El arte es como el sexo o el amor. Cuando mucho un polvito incómodo y demasiado corto. O aquel abismo inovidable que nos hizo sentir vivos hasta la parálisis, y que no deja de ser otro polvito incómodo que ojalá hubiera durado un poco más.
Y al fin siempre estamos más solos que antes de empezar, preguntándonos cómo podemos ser tan idiotas de seguir preguntádonos si vale la pena. Sabemos la respuesta. Ustedes saben la respuesta.
Somos la puta y el cliente. Y no hay más víctimas que las víctimas.
Cualquiera se da cuenta.
Es estúpido, irracional, cruel, egoísta, ridículo, cobarde, débil, vulgar, trillado. Es menos de lo que somos, y sin embargo es aquello de lo que estamos hechos.
Es lo que haría que este post se transformara en algo más digno (como un balazo en la sien, por citar un ejemplo cualquiera)
Claro, si todavía creyera que vale la pena...
si no supiera tantas cosas...
si no necesitara
puntos suspensivos
ni nada
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