Llega a la oficina con tiempo para revisar algunos titulares y olvidarlos completamente antes de ponerse a trabajar. Una vez en su escritorio, que no es más grande ni más chico que cualquier otro, se dedica a hacer lo de siempre. Y lo de siempre viene siendo inventar, mentir con gracia y convicción, con paciencia y sin apuro. No se le ocurre que pueda haber alguien que no entienda el chiste, que no extraiga la valiosa moraleja, que no se emocione hasta las lágrimas. Le resulta del todo inconcebible que haya quien inopinadamente comience a pedir explicaciones.
No le son ajenas las sofisticaciones formales, las extensas topografías de coraje, coincidencias y descuidos que forman la opaca trama de los mortales llantos y los mortales sudores. Aunque, en el fondo, el Tipo sabe que su oficio está en los detalles. Se reconoce en esas calles que ya no existen, en los relojeros y los sastres que las animaron sin estridencias. Si pudiera, estaría orgulloso del minucioso claroscuro de maravillas que su celestial obstinación se empeña en poner a punto.
Algún día va a encontrar la forma de suprimir los superfluos adjetivos y algún que otro adverbio; por el momento, se resigna sencillamente a ir ampliando de a poco el ríspido y cacofónico inventario, apresurado y un tanto incoherente, para el cual --aceptémoslo-- no le falta talento.
Dios es un blogger sin estilo pero con empecinada constancia. Como tantos otros bloggers, tiene sus fanáticos, sus detractores y sus críticos. Él también, como tantos otros (de nosotros), tiene problemas para probar que existe más allá de sus posts. Él también es una posibilidad feliz. Y, a veces, nos hace recordar que --a veces-- también nosotros somos posibilidades felices.
Y que a veces hay alguien detrás del blog.
(Ojalá) Que Así Sea.
(publicado originalmente el 10/01/2008)
2 comentarios:
Como ya te dije, el texto está buenísimo. Me quedé pensando en la analogía, nosotros en este cosmos vendríamos a ser comentaristas? Si es así, Dios existe y no la pifia. Yo vendría a ser la comentarista apática (sos casi el único al q muy esporádicamente le dejo un comentario), la que no le dice "estuviste bien, barba" pero tampoco se molesta en quejarse o putear por las macanas de este laburante celestial.
Me dejo de delirar, no?
Un abrazo
Ya... a qu� reiterar?. Este post me confirma el comentario anterior.
�D�nde est�s?, �Con el tercer cap�tulo? Me alegro.
Te dejo un beso, Pancho querido.
Alicia
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