Mis sospechas se confirman; en otra vida fui Adolfo Bioy Casares. Claro que soy tan torpe que vine a nacer antes de tiempo, mientras el tipo todavía estaba vivo. Los dioses, que en eso son muy puntillosos, no dudaron en condenarme a una existencia sin talento, dinero ni mujeres. Viejo de mierda.
1 comentario:
Lo bueno de ser otro es que uno mismo se mantiene nuevito-nuevito para otra vida (aún dentro de esta). Un saludo grande..
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