Nada en particular.
Sin convicción.
Arrinconado.
Resiste.
Y no sabe,
(nunca supo).
Aguanta, nomás,
viene aguantando.
Segundos, días
(y a veces menos).
No patalea
ni se resigna.
Ni da molestias
ni lástima
ni sombra.
Nunca juntó coraje
ni enemigos.
Es la inmunda gangrena
imperceptible
que espesa la sangre
de los piojos
de las pulgas
de los pelos
del culo
del perro más mugriento
de Satanás.
Ni puta idea.
Ni velorio.
Ni futuro.
Aguanta, nomás.
Imperdonablemente aguanta.
2 comentarios:
a flor de piel un requiem.
Una escupida,
los cuatro jinetes del apocalipsis: desfalleciendo.
Hay vacunas para todo, algunos las usan por deporte.
Mañana, que es sabado dos mormones tocan tu timbre a las 9.15.
(grillos endemoniados).
Gracias por la poesía, camarada. Te mando un abrazo grande.
PD: seguro el sábado se larga una tormenta y estos paparulos se quedan rezando en su casa,de corbata y pantuflas (vestuario adecuado, según comentan, para cualquier Parusía).
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