"...y es que nadie se atreverá a negar que nuestro proverbial valle de lágrimas resultaría infinitamente más soportable si cada uno de estos ínfimos, insípidos, cacofónicos pedantes consintiera en dar por consumada la mediocre desmesura de su abyecta existencia mediante el sencillísimo trámite de descerrajarse de una buena vez el plúmbeo proyectil justiciero que su parietal derecho pide a gritos."
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