"Recordemos también que el futuro no es nuestro, pero tampoco puede decirse que no nos pertenezca del todo. Por lo tanto no hemos de esperarlo como si tuviera que cumplirse con certeza, ni tenemos que desesperarnos como si nunca fuera a realizarse.”(Epicuro,Carta a Meneceo)
El miedo a la muerte no tiene sentido. Lo que me separa del instante de mi muerte no es diferente de lo que me separa de cualquier otro instante.
(cuando está medio tomado le da por los aforismos pretenciosos)
El caso es que hace poco volvió a ese texto de Bioy Casares cuyo argumento es, entre otras cosas, una exageración (o reducción al absurdo) de la trama de "El Sur".
Se le ocurre que Emilio Gauna es, con toda su torpeza, infinitamente más lúcido que Juan Dahlmann.Y que Bioy, a pesar de la miopía de tanta crítica literaria superficial, no deja de afilar su 'cuchillito' de ironía contra el proverbial 'culto al coraje' de cierto ciego ilustre.
De hecho, es imposible dejar de ver a Borges tanto en Valerga como en el brujo Taboada, y es imposible no ver en ambos toda esa ambigua sabiduría que solemos heredar de nuestros padres ("Me gustaría explicarle que hay generosidad en la dicha y egoísmo en la aventura"). Y es siempre en estos entreveros más o menos edípicos, más o menos vertiginosos y confusos, --piensa el tipo-- que transcurre lo que se llama una literatura (o una vida).
El duelo por lo que no fue, por lo que pudo ser y ya no será, por lo que a pesar de nosotros llegó a ser, no es algo que se pueda o se deba 'elaborar' (con ayuda de determinados profesionales competentes); es algo que enfrentamos todos los días, puñal en mano, aferrándonos como podemos a la módica cuota de valor o de cinismo que nos tocó en suerte (o que supimos, a duras penas, procurarnos).
Todo eso, y algunas otras cosas más, piensa el tipo, aunque a nadie le interese demasiado.
La culpa la tiene quizás el destino, que hizo que recientemente se topara con la Milonga de Gauna, de Jaime Roos [escuchar, ver letra] y se atreviera --se resignara-- a escribir precisamente estas líneas.
8 comentarios:
Yo sé que este post no le va interesar demasiado a nadie, pero espero que al menos sirva de excusa para que alguien se decida a leer (o a releer) El sueño de los héroes (que considero excelente, a pesar de que ni siquiera es mi novela preferida de las de Bioy). Tampoco puedo dejar de recomendar el último disco de Jaime Roos, que si no fuera porque ya era uno de mis artistas preferidos, habría pasado a serlo automáticamente a partir de este tema. El álbum se llama Hermano te estoy hablando, y es del 2009; según la crítica (entre la que me incluyo) es uno de sus mejores trabajos.
Ah, y por las dudas aclaro que el epígrafe del principio lo saqué de un trabajo de Renzo (no sea que alguien cometa el error de confundirme con un experto en Epicuro). Gracias, Renzo!
Ah, también hay una película de El sueño de los héroes (argentina, basada en la novela). Yo por ahora me resisto a verla, seguramente por miedo a llevarme una decepción, así que no les puedo contar más.
Por mi ignorancia en literatura, no podré opinar sobre si Bioy copió o no la obra de Borges y hasta qué punto lo llevó. Lo que si puedo afirmar es que leeré el texto de Bioy.
Ahora si, luego de charlar personalmente con el camarada Rizzo, me pregunté si el debate providencia-libre arbitrio es una mera cuestión conceptual o si trasciende. En ese sentido no llegué a una sólida conclusión, pero pienso que es algo que debemos preguntarnos.
Personalmente no creo en las determinaciones o providencia, ya demasiadas estructuras nos oprimen e imponen sus lógicas para aceptar que tenemos un destino. Pienso que aceptar la Idea de destino -Idea, con mayúscula y destino con minúscula, al igual que providencia- es desligarnos de nuestras responsabilidades y hacer la vida más leve, menos dolorosa. Es más fácil afirmar “por algo será” que decir: “Me hago cargo de las cagadas que hice o no –me hago cargo de que salí mal porque no estudié –no porque salió justo una bollilla que no sabía- , me hago cargo de que arruiné la relación con la persona que más he amado o me hago cargo de que no pagué el alquiler porque me gasté el vil metal en joda (ojo son solo ejemplos, jaja aunque todo chiste podría denunciar una verdad)-” y ser conciente de las contingencias. Es más fácil adjudicar cosas a la fortuna –τύχη-, acusar a las Moiras o decir que la providencia determinó. Sin embargo, la pregunta es: ¿“liberarnos” de las responsabilidades y cargarlas al destino no es ser cobardes?.
Ah, y camarada Rizzo, le aclaro que no se nada de Epicuro, sólo lo necesario para plantear una hipótesis hozada y pensada con anterioridad pero de otro modo por Marcuse, jaja. Saludos!
perdón la palabra hozada va sin H, con S y sin comillas, sería: "osada", es irónico, por las dudas...
Venía leyendo el post cuando me topé con el nombre Emilio Gauna y enseguida el aparato tarareador arrancó en mi cabeza "...murio en Palermo, en una noche de carnaval...". La verdad es que no sabía que era un personaje de Bioy Casares, me queda de tarea leer la novela.
Por cierto, que buen disco el de Jaime Roos!! Totalmente recomendable.
Un abrazo grande Pancho, a ver cuando te vemos por los pagos!
Renzo: como bien decís, 'destino', 'providencia', etc. es una expresión que funciona como perfecto chivo expiatorio para cualquier resultado adverso que encontremos. Es parte, según creo, de la crítica que Voltaire realiza en su 'Cándido' a la tesis de Leibniz de que, después de todo, vivimos en el mejor de los mundos posibles. Pero cuidado, porque hay otras expresiones (como 'azar', 'caos', 'mecanismo ciego', etc) que pueden funcionar exactamente de la misma manera. Sartre diría, como vos, que la cuestión es 'hacerse cargo' de las cagadas que nos mandamos (sin Dios, sin Destino, etc). Y esa es una tesis ética que no puedo menos que suscribir. Pero tampoco resuelve el problema metafísico de si 'hay' o no un mecanismo según el cual funciona el universo,y cuál puede ser el rol de nuestros actos en ese mecanismo. De hecho depende en cierta manera de que sí haya tal mecanismo. Después de todo, si no hubiera una ley más o menos universal que relacionara nuestros actos con las consecuencias de esos actos, ya no podríamos (ni tendríamos necesidad de) 'hacernos cargo' de nada. (Y acá vuelvo al 'insigne estagirita'). La cuestión no es postular desde la mesa de un bar cualquier teoría que a uno se le ocurra sobre cómo funciona realmente ese mecanismo, sino INVESTIGAR y ver qué podemos averiguar sobre todo este quilombo. Aclaración: si 'mecanismo' te suena demasiado 'positivista'(demasiado atado a lo 'epistémico'), cambialo por 'organismo' o algo así, y dale para adelante con el panteísmo Spinoziano, que la propuesta sigue siendo la misma: INVESTIGUEMOS!.
Bueno, espero no haberte hecho más quilombo todavía (a veces me voy p'al lado de los tomates enseguida, jejeje). Nos estamos viendo.
Un abrazo
Lina: A mí me pasó lo mismo! Me sonaba lo de Emilio Gauna, Palermo y el carnaval... Los otros días volví a leer la novela de Bioy, y ni bien leí "Emilio Gauna" empezé a tararear la milonga de don Jaime. Qué se yo, son esas cosas que dan ganas de ir a buscarlo nada más que para darle un abrazo. De onda, nomás. Como el chiste de Liniers sobre los Monty Python. Son esos signos que nos muestran, como diría Conrad, que se trata de 'uno de los nuestros'.
Un abrazo y muchas gracias por pasar.
Y bueno agradecerle a Jaime por este post.
O agradecerle a Bioy por tu emoción, o a Renzo y Lina por sus comentarios tan acertados.
Yo te agradezco por estar en mi vida.
Abrazos.
Alicia
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