martes, mayo 10, 2011

Derrotas oníricas (y otras pruebas irrefutables)

Algunas temporadas el tipo se pone un tanto socrático y le da por soñar en formato diálogo. Cuando despierta cree recordar conversaciones mucho más estimulantes que las que suele imponerle la monótona vigilia. Pero como insiste en  soñar interlocutores que lo superan ampliamente en lucidez y elocuencia, el amanecer suele tener el gusto de alguna profunda y merecida humillación.

La vigilia (con la coherencia de toda maldición) no hace otra cosa que ratificar la irremisible estupidez y vulgaridad del tipo. A los idiotas debería estarles prohibido hablar de sí mismos, tener blogs, espejos o ventanas. Pero hasta un idiota como él se da cuenta de que las leyes del lenguaje, la web, la óptica y la arquitectura no tienen nada que ver con la justicia.

6 comentarios:

Juan Rizzo dijo...

Y no me importa que me digan llorón. Después de todo, no sólo las almas profundas pueden dedicarse a renegar del destino. Los idiotas también tenemos nuestro corazoncito, y cuando hace frío, también temblamos de rabia y de impotencia...

Juan Rizzo dijo...

"Eh, llorón!"
"Maricón!!"
"¡¿Por qué no te ponés a estudiar, a ver si en algún momento aprendés a resolver aunque sea una regla de tres simple?!"
"O mejor pegate un tiro, a ver si así al menos lográs recibirte de animal útil..."
"Las palabras 'escoria' y 'vergüenza' son pálidos eufemismos, lo tuyo es innombrable. Ojalá fuera también invisible, pedazo de infeliz!"

Valentin Ibarra - (acertijo) dijo...

Podría invitarte a beber cicuta en templos de olvidos y extraviados, podría quedarme en silencio por temor a recibir una de esas palizas retóricas. Si te veo la expresión y todo o bien pedirle a Esculapio me libre de tu ira.
Saludos.

Juan Rizzo dijo...

Camarada! Fue una mala noche, nomás. Debería borrar ese post, pero como por acá no pasa casi nadie (salvo honrosas amistades) por ahí lo dejo, aunque sea como recordatorio de cuándo no conviene ponerse a publicar boludeces ;-).
Un abrazo grande, y gracias por tus palabras.

franco dijo...

¿Podrá ser más evidente que pocas personas rompieron más los huevos que Platón en la historia entera? Qué mal que me cae ese tipo, mierda.

Juan Rizzo dijo...

Pobre Platón, che! Hay quien dice que la única excusa que tiene Dios es que no existe. Qué curioso que lo único realmente imperdonable de este otro barbudo de mierda sería que encima terminara teniendo razón...