La sensación que alguien podría calificar como "sentimiento de lo divino" carece en su trivial, inapelable materialidad de toda relación con el juicio que afirma o niega la existencia de Dios.
Hay (o puede haber) un rincón desde el cual se huele, por instantes, el infinito.
Ese rincón no es siempre el mismo.
Y no siempre es un rincón.
3 comentarios:
Otra vez me vas a hacer investigar! Que te pario.
yo si lo se!!! felicitaciones tio!!!!!!
Como siempre, muy lindo post, seguramente no eh comprendido su absoluta profundidad, pero bue con que me guste en estos casos me basta.
A parte de eso te comento que ahora que estoy de vacaciones y muy al pedo e retomado el mando de mi blog, haciendo la misma producción de siempre, sencilla, corta y sobre todo critica, jajajaja.
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